Impactante huella de carbono: los viajes largos aumentan las emisiones sin precedente, revela estudio reciente

MadridInvestigaciones de la Universidad de Leeds indican que los viajes de larga distancia tienen una gran huella de carbono. A pesar de ser infrecuentes, generan una cantidad significativa de emisiones de carbono.

Principales resultados del estudio:

• Los viajes de más de 50 millas representan el 70% de las emisiones de carbono relacionadas con los traslados en el Reino Unido.
• Los viajes internacionales constituyen el 0.4% del total de trayectos, pero son responsables del 55% de las emisiones.
• El número de viajes domésticos en coche, tanto de corta como de larga distancia, ha disminuido ligeramente en los últimos 25 años.
• El tráfico aéreo internacional ha aumentado de forma significativa, principalmente por motivos de ocio y visitas a familiares y amigos.

Un estudio publicado en Nature Energy propone que reducir las emisiones de los viajes de larga distancia podría ser más efectivo que centrarse en los desplazamientos locales y de los viajeros cotidianos. El Dr. Zia Wadud, del Instituto de Estudios del Transporte de la Universidad, lideró la investigación. Destacó que los viajes de larga distancia tienen un impacto significativo en el cambio climático. Aunque estos viajes representan un pequeño porcentaje del total de desplazamientos, contribuyen en gran medida a la distancia total recorrida y a las emisiones producidas.

El equipo de investigación desarrolló una nueva métrica, la sensibilidad a la reducción de emisiones. Esta herramienta identifica qué cambios en los desplazamientos pueden disminuir más las emisiones de carbono, buscando impactar al menor número posible de personas o viajes.

El estudio reveló que si las personas caminaran o fueran en bicicleta en lugar de conducir en todos los trayectos menores de ocho millas, se podría reducir las emisiones de carbono en un 9,3%. Sin embargo, este cambio tendría que aplicarse al 55% de todos los desplazamientos. El impacto de esta medida en la reducción de emisiones es de 0,17, el más bajo registrado en el estudio.

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Trasladar los vuelos de menos de 1.000 millas a trenes reduciría las emisiones en un 5,6%. Este cambio afectaría solo el 0,17% de los viajes, dándole un valor de sensibilidad de 33,2. Limitar a todos a un vuelo de ida y vuelta al extranjero por año tendría el valor de sensibilidad más alto de 158,3, ya que impactaría muy pocos viajes.

Los investigadores indican que sus ideas no son recomendaciones de políticas concretas. Su objetivo es hacernos reflexionar más sobre cómo nuestros viajes de larga distancia impactan en el medio ambiente. El Dr. Muhammad Adeel, del Centro de Transporte y Sociedad de la Universidad del Oeste de Inglaterra, destacó que frecuentemente los vuelos no se incluyen en los datos nacionales de emisiones. Esta omisión significa que estamos ignorando una parte importante del problema.

El estudio busca influir en los responsables de políticas y solicita una revisión de las acciones para reducir las emisiones de carbono del transporte. La investigación utilizó datos de la Encuesta Nacional de Viajes del Departamento de Transporte y la Encuesta Internacional de Pasajeros realizada por la Oficina Nacional de Estadísticas.

El Dr. Wadud destacó la importancia de priorizar los viajes largos, especialmente los vuelos, tanto en políticas como en nuestras decisiones personales. Al hacerlo, podemos reducir significativamente las emisiones. Las investigaciones demuestran cómo cambiar nuestros hábitos de viaje puede ser beneficioso.