La escasez de supervisores deja vacíos los programas de salud mental
MadridA principios de 2022, Kiany Casillas estaba muy preocupada. Ella y su hija recién nacida se habían mudado recientemente a Texas Panhandle para unirse a su esposo. Casillas se inscribió en el Texas Tech University Health Science Center para estudiar para convertirse en enfermera practicante en salud mental y psiquiatría. Eligió el programa en línea de Texas Tech porque vivía en la pequeña ciudad de Dalhart y quería quedarse allí después de completar sus estudios. Sin embargo, después de un año en el programa, Casillas y la universidad aún no habían encontrado un supervisor para sus horas clínicas, y el plazo se estaba acercando.
Las horas de práctica supervisada son cruciales en el ámbito de la salud mental. Permiten a los profesionales aprender en el trabajo mientras un supervisor asume la responsabilidad en caso de algún problema. Sin embargo, a pesar de su importancia, muchos trabajadores de salud mental no desean convertirse en supervisores.
Una encuesta reciente realizada por el Consejo Ejecutivo de Salud Conductual de Texas destacó este problema:
- Más del 75% de los 10,233 proveedores de salud mental encuestados no supervisaban a nadie.
- Más del 50% de los 7,600 encuestados no tenía interés en ser supervisores.
Las personas dudan en asumir estos roles porque temen tener demasiada responsabilidad, carecen de tiempo suficiente y consideran que el salario es demasiado bajo para el nivel de capacitación o el tiempo perdido con los clientes. Algunos ex supervisores también mencionaron como razones para dejar de supervisar, el aumento de tareas, la gran cantidad de papeleo y que los programas de prácticas no se reanudaron después de la COVID-19.
Susan Calloway, profesora en la Universidad de Texas Tech, mencionó que fue difícil encontrar supervisores cuando comenzaron el programa de enfermería psiquiátrica de salud mental en 2016. El problema ha empeorado a medida que se han duplicado el número de programas y la competencia por plazas de formación.
En 2022, el Consorcio de Atención de Salud Mental de Texas informó a los legisladores que no hay suficientes supervisores aprobados para entrenar a los nuevos graduados de maestría clínica. Estos graduados deben elegir entre pagar mucho dinero por supervisión—hasta $10,400 por año durante aproximadamente dos años—o retrasar el proceso para obtener sus credenciales. Estos retrasos dificultan que encuentren empleos en un campo que ya necesita más trabajadores.
Kiany Casillas se vio profundamente afectada por la escasez. Después de buscar durante un año y medio, su única opción era aprender terapia de juego de un terapeuta infantil a 125 kilómetros de distancia, lo cual era imposible con un niño pequeño en casa. Incluso con la ayuda de su escuela, temía tener que tomarse un semestre libre si no encontraba un supervisor.
La falta de supervisores impide que nuevos trabajadores de salud mental se unan al campo y agrava la actual escasez de personal. Para solucionar esto, podríamos animar a los profesionales actuales a convertirse en supervisores o simplificar el proceso de supervisión. Sin embargo, si no actuamos rápidamente, el sector de la salud mental seguirá enfrentando grandes desafíos para incorporar nuevos empleados, deteniendo el crecimiento tan necesario.
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