Nuevos hallazgos: habilidades sensorimotoras tempranas revelan claves sobre el trastorno del espectro autista

MadridUna nueva investigación publicada en la revista iSCIENCE ha descubierto signos tempranos en las habilidades sensoriomotoras que pueden ayudar a identificar a los niños pequeños que podrían ser diagnosticados con Trastorno del Espectro Autista (TEA) en el futuro. El TEA se diagnostica generalmente alrededor de los 4 o 5 años y se presenta con comportamientos repetitivos y una comunicación inusual. Sin embargo, las capacidades cognitivas de los niños con TEA pueden variar considerablemente. Este estudio, dirigido por Kristina Denisova del CUNY Graduate Center y Queens College, tiene como objetivo comprender mejor estas diferencias para desarrollar tratamientos más personalizados.

La investigación aborda dos preguntas cruciales:

• ¿Presentan los niños con TEA y un coeficiente intelectual más bajo movimientos alterados durante el sueño en comparación con aquellos con un coeficiente intelectual más alto?
• ¿Es característico que los niños con TEA y un coeficiente intelectual más bajo tengan habilidades motoras inferiores durante la vigilia en comparación con los niños con TEA y un coeficiente intelectual más alto?

El estudio utilizó resonancias magnéticas mientras dormían en 111 niños pequeños y evaluó las habilidades motoras en más de 1,000 niños mientras estaban despiertos. Los resultados muestran que los niños con autismo y coeficientes intelectuales más bajos tienen habilidades motoras notablemente diferentes a las de aquellos con coeficientes más altos. Los niños autistas con coeficientes intelectuales más altos tenían habilidades motoras similares a las de los niños típicamente desarrollados. Esto sugiere una relación detallada entre las habilidades motoras tempranas y los niveles de coeficiente intelectual.

Un coeficiente intelectual alto podría ayudar a proteger contra habilidades sensoriales y motoras inusuales. Por otro lado, habilidades sensoriales y motoras deficientes podrían indicar menores capacidades cognitivas en niños con TEA. Esto sugiere un problema en el control motor del cerebro, afectando el aprendizaje sensorial y motor temprano durante etapas cruciales del desarrollo.

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Denisova señaló que estos conocimientos podrían cambiar nuestra forma de ayudar a los niños. Aquellos con un coeficiente intelectual más bajo podrían beneficiarse más de programas que mejoren tanto sus habilidades motoras como cognitivas. Los niños con coeficiente intelectual más alto se verían favorecidos por estrategias que aprovechen sus fuertes capacidades de pensamiento y ayuden a prevenir problemas de salud mental.

Futuros estudios deben centrarse en las familias que enfrentan dificultades para acceder a servicios de intervención temprana. El financiamiento del Instituto Nacional de Salud Mental y la Iniciativa de Investigación sobre el Autismo de la Fundación Simons demuestra que el apoyo financiero continuo es esencial para estos esfuerzos.

Este estudio propone cambios significativos en los tratamientos para el autismo. Mejorar las habilidades sensoriomotoras en niños con menores coeficientes intelectuales podría no solo incrementar sus destrezas motoras, sino también potenciar sus capacidades cognitivas en general. En el caso de los niños con coeficientes intelectuales más altos, estas mejoras pueden ser beneficiosas en otros ámbitos de su vida, haciéndolos más competentes. Este enfoque podría llevar a la creación de planes de tratamiento más personalizados, mejorando significativamente la atención del autismo.