Conflicto intenso entre UAW y Stellantis por compromisos de fábrica

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Por Jamie Olivos
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Fábrica con carteles de protesta y nubes de tormenta oscuras

MadridEl sindicato United Auto Workers (UAW) intensifica su conflicto con Stellantis debido a promesas incumplidas respecto a instalaciones clave. La UAW acusa a Stellantis de no cumplir su acuerdo de reabrir una planta de montaje de automóviles en Belvidere, Illinois, y de construir un centro de distribución de piezas y una planta de baterías para vehículos eléctricos en el mismo lugar.

Stellantis podría estar considerando trasladar parte de la producción de sus SUV fuera de los Estados Unidos. En el contrato alcanzado el otoño pasado, tras una huelga de seis semanas, se estipuló que el Dodge Durango se fabricaría en una planta de Detroit. Ahora, la empresa podría estar pensando en mover esta producción, lo que ha generado preocupación entre los miembros del UAW, quienes temen que Stellantis traslade la fabricación a México para reducir costos de mano de obra y aumentar sus ganancias.

El UAW ha presentado las siguientes quejas:

  • Stellantis se niega a revelar sus planes para Belvidere, Illinois.
  • Posible traslado de la producción del Dodge Durango fuera de EE. UU.
  • Presuntas violaciones de sus compromisos de inversión en plantas estadounidenses para 2027.

Stellantis rechaza las acusaciones, argumentando que se está adaptando a las condiciones del mercado y a las necesidades de los clientes como todos los fabricantes de automóviles. La empresa afirma que dialogará con el UAW cuando sea el momento adecuado, sin incumplir el contrato actual.

La disputa entre Stellantis y el sindicato UAW podría tener graves consecuencias para ambos lados. Si Stellantis no cumple sus compromisos, su reputación con los sindicatos podría deteriorarse, y si el UAW decide ir a huelga, habría importantes interrupciones. La postura firme del UAW pone de manifiesto los conflictos en curso en la industria automotriz entre la protección de los derechos de los trabajadores y la adaptación a los cambios económicos que requieren ajustes estratégicos.

La empresa planea reabrir la planta de Belvidere en 2027 para producir hasta 100,000 camionetas de tamaño mediano, tanto eléctricas como de gasolina, cada año. También tienen previsto abrir un centro de piezas este año y una fábrica de baterías para 2028. Sin embargo, estas inversiones dependen de factores como el desempeño de la planta, cambios en el mercado y ventas constantes. Esto implica que Stellantis podría estar tratando de mantener sus opciones abiertas mientras apunta a sus objetivos a largo plazo.

Este conflicto pone de relieve los desafíos que enfrenta la industria automotriz al intentar pasar a vehículos eléctricos sin alterar los actuales acuerdos laborales. El desenlace de esta disputa podría servir de ejemplo para cómo los fabricantes de automóviles y los sindicatos negocian y mantienen acuerdos en tiempos de rápidos cambios en el sector. La situación es crítica, con más de 2,700 empleos en riesgo, y la decisión final podría afectar a toda la industria automotriz.

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