Crecen tensiones en tratado sobre plástico por disputa sobre límite de producción
MadridDelegados de diversos países están finalizando sus conversaciones sobre un nuevo tratado mundial sobre el plástico, pero aún existen diferencias acerca de la cantidad de plástico que se puede producir. El borrador actual ha sido criticado por su flexibilidad, ya que contiene acciones opcionales que muchos consideran insuficientes para frenar eficazmente la contaminación por plástico. Sam Adu-Kumi, representante de Ghana, aboga por imponer reglas obligatorias, advirtiendo que los planes débiles no solucionarán los graves problemas ambientales que afectan de forma severa a países como el suyo.
El borrador del tratado pone de manifiesto las tensiones continuas entre las naciones. Por un lado, los países gravemente afectados por los residuos plásticos exigen compromisos concretos. Ellos sostienen que:
- La contaminación por plásticos está causando un daño ambiental generalizado.
- Las medidas voluntarias históricamente no han logrado resultados significativos.
- Es fundamental un tratado sólido para abordar las causas profundas de la crisis.
Algunos países que generan mucho plástico y sectores como el petróleo y el gas no desean restringir la producción de plástico. Prefieren centrar sus esfuerzos en mejorar la gestión de residuos y el reciclaje. Esto refleja el conflicto entre la protección ambiental y los objetivos económicos.
La cuestión principal es la forma en que se toman las decisiones. Actualmente, se requiere el consenso de todos los países para que una propuesta sea incluida en el tratado. Esto significa que cualquier país puede frenar el avance si no está de acuerdo. India y Arabia Saudita desean mantener este sistema. Sin embargo, hay grupos que proponen cambiarlo para que las decisiones puedan tomarse mediante votación cuando no haya consenso. Esto podría facilitar el progreso en las negociaciones internacionales.
Erin Simon del Fondo Mundial para la Naturaleza afirma que la ausencia de un sistema de votación permite que cualquier país detenga fácilmente el avance. Esto hace que las negociaciones sean largas e improductivas. Sin un sistema de votación, es menos probable que los países lleguen a compromisos o colaboren de manera efectiva.
Los debates evidencian las dificultades de crear políticas ambientales globales, al tratar de equilibrar las prioridades de cada país, las necesidades económicas y los objetivos ambientales. Conforme concluyen las discusiones, aumenta la presión para encontrar una solución que satisfaga a todos y asegure que el acuerdo aborde de manera efectiva la contaminación plástica mundial. El resultado de estas conversaciones podría influir en la formación de futuros acuerdos ambientales internacionales.
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