Boda-bodas: supervivencia y peligro en las calles de Kampala
MadridKampala, la capital de Uganda, es una ciudad bulliciosa donde los motocicletas-taxi, conocidos como boda-bodas, son comunes pero peligrosos. Estos taxis cumplen diversas funciones, como llevar a los niños a la escuela y trasladar a pacientes al hospital. Sin embargo, su uso generalizado pone de manifiesto problemas sociales y económicos más profundos.
En Uganda, alrededor del 76% de la población tiene menos de 35 años. Esta joven demografía enfrenta una tasa de desempleo que ha aumentado del 9% en 2019 al 12% en 2021, con tasas aún más altas entre los jóvenes urbanos. La falta de oportunidades laborales obliga a muchos individuos educados, incluyendo aquellos con títulos universitarios, a operar boda-bodas para subsistir. Aquí están algunos factores clave que impulsan el fenómeno de los boda-bodas:
- Alto desempleo juvenil en áreas urbanas
- Escasez de empleos en los sectores público y privado
- Limitadas oportunidades de ingresos alternativos
El sector de las bodas-bodas es mayormente informal, lo que dificulta su control por parte de las autoridades urbanas. Las leyes de tráfico no se aplican adecuadamente, y los accidentes fatales son frecuentes. Las muertes en motocicleta aumentaron de 621 en 2014 a 1,404 en 2021. La policía de tránsito tiene problemas para mantener el orden debido al gran número de conductores y a su tendencia a resistirse al arresto de forma conjunta.
El impacto político de la industria de los boda-boda es considerable. El presidente Yoweri Museveni, en el poder desde 1986, utiliza a los conductores de boda-boda para ganar apoyo político. Proporciona motocicletas y reduce las tarifas de licencia para asegurar su lealtad. Recientemente, se han implementado nuevas normas que reducirán la tarifa de licencia de casi $100 a alrededor de $35, facilitando que más personas puedan convertirse en conductores de boda-boda.
Este aparente acto positivo trae consigo problemas inesperados. Facilitar el acceso aumenta los atascos de tráfico y la criminalidad relacionada con las motocicletas. Muchos conductores de boda-boda trabajan con préstamos, lo que los hace depender de prestamistas que pueden confiscar sus motos si no cumplen con los pagos. Esta difícil situación financiera añade más incertidumbre a sus vidas.
El rápido aumento de las boda-bodas en Kampala revela la interconexión entre política, economía y supervivencia. Sin la creación de más empleos y una mejor regulación, los problemas relacionados con las boda-bodas seguirán afectando la seguridad pública y la estabilidad económica.
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