Robot inicia misión centenaria para limpiar combustible en Fukushima

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Por Juanita Lopez
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Robot retirando material nuclear en la planta de energía de Fukushima.

MadridLa planta nuclear de Fukushima Daiichi enfrenta una enorme labor de limpieza que podría durar hasta 100 años. Los incidentes de fusión de los reactores en 2011 esparcieron material extremadamente radiactivo por toda la instalación. TEPCO estima que quedan alrededor de 880 toneladas de escombros de combustible fundido en tres reactores, aunque algunos expertos creen que la cantidad real podría ser mayor. Para esta tarea son imprescindibles los robots debido a los peligrosos niveles de radiación.

Un robot operará en el área principal del reactor de la Unidad 2. Sus tareas principales son:

  • Recolectar una pequeña muestra de aproximadamente 3 gramos de escombros de combustible fundido.
  • Usar una cámara, luz y pinzas para maniobras precisas.
  • Trabajar en turnos diarios de dos horas para minimizar la exposición a la radiación.
  • Maniobrar a través de una red compleja de tuberías y obstáculos.

Este paso es crucial para determinar las propiedades del combustible fundido, lo cual es necesario para planificar su extracción y almacenamiento. Los operadores utilizarán los datos de las primeras muestras para diseñar mejores robots destinados a retirar más residuos. El éxito de estas primeras misiones será clave en el proceso más amplio de desmantelamiento.

Los reactores envejecidos y la estructura debilitada de la unidad representan riesgos de seguridad, por lo que es crucial comprender el estado del combustible fundido. Las muestras recogidas ayudarán a determinar las formas más seguras y efectivas de retirar y almacenar el combustible, reduciendo los riesgos a largo plazo en el sitio.

En el futuro, se utilizarán drones más pequeños en la Unidad 1 y microdrones en la Unidad 3 para la limpieza. Cada unidad tiene sus propios desafíos: la Unidad 3 tiene más agua, lo que dificulta la eliminación de escombros. Además, las barras de combustible gastadas en piscinas de enfriamiento abiertas en las Unidades 1 y 2 representan un peligro adicional, especialmente porque la zona es propensa a terremotos.

Retrasos técnicos han aplazado los planes iniciales, evidenciando la complejidad del proceso. El proyecto, que debía comenzar a finales de 2021, ha enfrentado varios contratiempos. El gobierno estima que tomará entre 30 y 40 años desmantelar la planta, pero algunos expertos piensan que podría llevar hasta 100 años. Otros sugieren un método similar al de Chernóbil, donde se cubre y abandona el sitio, pero esto no es viable debido a los frecuentes terremotos y problemas de agua en Fukushima.

Este esfuerzo a largo plazo pone de relieve las dificultades persistentes y los graves peligros de la energía nuclear, especialmente al enfrentar accidentes mayores y sus consecuencias. TEPCO y sus socios deben afrontar numerosas incertidumbres, lo que demanda nuevos desarrollos en robótica y medidas de seguridad para garantizar la estabilidad futura y la seguridad pública.

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