Nuevos hallazgos: normas de cooperación florecen en comunidades pequeñas y subdivididas

MadridInvestigadores del Centro de Ciencias Computacionales RIKEN en Japón y el Instituto Max Planck de Biología Evolutiva en Alemania han avanzado en la comprensión de las normas sociales y su impacto en la cooperación. Utilizando la supercomputadora Fugaku, simularon cómo cambian las reputaciones bajo diferentes normas sociales, proporcionando nuevas perspectivas sobre cómo se mantiene el comportamiento cooperativo.

Principales conclusiones:

• Las normas de cooperación enfrentan dificultades en comunidades únicas y bien mezcladas.
• Las comunidades subdivididas fomentan la evolución de normas cooperativas.
• Las normas simples que premian la cooperación y penalizan la deserción, excepto cuando la deserción disciplina a los desertores, son las más efectivas.

Cómo se organiza una población influye enormemente en las normas sociales y la fortaleza de la cooperación. Las comunidades más pequeñas con menos personas facilitan el crecimiento de comportamientos de cooperación. Históricamente, los humanos en grupos reducidos, como los cazadores-recolectores, necesitaban colaborar estrechamente con familiares y amigos para sobrevivir, fomentando así normas cooperativas sólidas.

Los grupos más pequeños dentro de grandes poblaciones funcionan como laboratorios efectivos para probar normas sociales. Estas unidades reducidas permiten que las normas sean evaluadas y perfeccionadas con mayor facilidad. Las normas exitosas luego se pueden difundir rápidamente. Este concepto es especialmente útil en la gestión organizacional y en la política pública. Al fomentar la formación de grupos más pequeños y cohesivos dentro de grandes poblaciones, es posible mejorar el comportamiento cooperativo.

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Las empresas y las escuelas podrían beneficiarse al dividir sus organizaciones en equipos más pequeños para mejorar la cooperación. Por ejemplo, las compañías pueden dividir a los empleados en grupos más pequeños que trabajen hacia objetivos comunes, lo cual fomenta el espíritu de equipo. De manera similar, las escuelas pueden separar las clases grandes en grupos más reducidos para ayudar a los estudiantes a colaborar mejor, lo que lleva a una mejora en el aprendizaje y las habilidades sociales.

Las reglas simples son más fáciles de recordar y seguir para las personas. Esto se relaciona con teorías psicológicas sobre el esfuerzo mental. Cuando las reglas son claras, son probablemente más efectivas para fomentar la cooperación. Este concepto puede aplicarse en diversos ámbitos, como las comunidades en línea y los gobiernos locales, para garantizar que las normas sean comprensibles y fáciles de seguir.

Esta investigación demuestra la importancia de la estructura social en el desarrollo de comportamientos cooperativos. Propone maneras de fomentar la cooperación en diversos entornos, como lugares de trabajo y comunidades, mediante el diseño cuidadoso de los ambientes sociales.