El ruso desplaza al bielorruso: cambios culturales en Bielorrusia
MadridEn 1994, Alexander Lukashenko asumió el poder en Bielorrusia, iniciando importantes cambios culturales. Declaró el ruso como idioma oficial junto con el bielorruso y eliminó los símbolos nacionalistas. Esto provocó una lenta disminución en el uso del idioma bielorruso. Tras más de 30 años de gobierno de Lukashenko, el ruso se utiliza ahora en casi todos los aspectos de la vida en Bielorrusia.
Aspectos cruciales de esta transformación incluyen:
- El ámbito oficial y mediático se lleva a cabo casi exclusivamente en ruso.
- Las instituciones educativas han reducido significativamente los cursos en bielorruso; del 40% en 1994 a menos del 9% en la actualidad.
- Las alianzas políticas y militares con Rusia han aumentado, incluyendo la dependencia de préstamos y energía rusos.
- Las exhibiciones públicas del idioma bielorruso se han convertido en actos de desafío político.
Este cambio cultural tiene serias consecuencias. En Bielorrusia, especialmente en la capital, Minsk, y otras grandes ciudades, es raro escuchar el idioma bielorruso. Los medios están dominados por contenidos en ruso y los funcionarios gubernamentales, como Lukashenko, hablan mayoritariamente en ruso. Los jóvenes que crecen en este entorno tienen poca exposición a su lengua materna, debilitando así su conexión con sus raíces culturales.
La caída del idioma bielorruso no es solo una cuestión cultural, sino también política. Hablar bielorruso se ve cada vez más como un acto de deslealtad hacia el gobierno. Esta percepción ha provocado miedo y autocensura entre los bielorrusos que desean mantener viva su lengua. Por ejemplo, Ales Bialiatski no pudo tener su juicio en bielorruso, lo que demuestra cómo se está reprimiendo el idioma en el sistema judicial.
El respaldo del Kremlin a Lukashenko, especialmente después de las protestas por las elecciones disputadas de 2020, ha empeorado la situación. Al mantener a Lukashenko en el poder durante las protestas, Rusia ha fortalecido su dominio sobre Bielorrusia. La líder opositora exiliada Sviatlana Tsikhanouskaya afirma que Bielorrusia está perdiendo su independencia debido a esto, y que es crucial proteger el idioma y la cultura bielorrusa para resistir convertirse más como Rusia.
La censura y las prohibiciones sobre la literatura bielorrusa en el ámbito académico y las artes interrumpen la narración cultural de Bielorrusia. La prohibición de las obras de Vincent Dunin-Martsinkyevich, un poeta del siglo XIX que se opuso al Imperio Ruso, ejemplifica hasta dónde llegan las autoridades para reprimir la identidad bielorrusa.
El rumbo actual de Bielorrusia es preocupante para la preservación de su cultura y lengua. Algunos bielorrusos sienten una identidad nacional más fuerte y desean hablar su idioma nativo, pero la represión política y la pérdida cultural son amenazas significativas.
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