Lo que las diminutas conchas fósiles revelan sobre los antiguos cambios climáticos.
MadridEntre hace 59 y 51 millones de años, la Tierra experimentó un calentamiento significativo durante la transición de los periodos Paleoceno a Eoceno. Este aumento de temperatura fue causado por grandes emisiones de dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero, así como por la actividad tectónica. Científicos de la Universidad de Utah han establecido una conexión entre las temperaturas de la superficie del mar y los niveles de CO2 en la atmósfera de esa época. Estos hallazgos son cruciales para entender cómo las actividades humanas podrían influir en el cambio climático futuro.
Los investigadores analizaron pequeños fósiles de muestras extraídas del océano para comprender las temperaturas del mar y los niveles de CO2 atmosférico durante los últimos 6 millones de años. Se centraron en dos periodos de calentamiento importantes: el Máximo Térmico del Paleoceno-Eoceno (PETM) y el Segundo Máximo Térmico del Eoceno (ETM-2). Sus resultados muestran una fuerte correlación entre mayores niveles de CO2 y el aumento de las temperaturas globales.
Principales conclusiones del estudio:
- Fuerte correlación entre los niveles de CO2 atmosférico y las temperaturas globales
- Sensibilidades climáticas consistentes a lo largo de diferentes períodos
- Emisiones de CO2 actuales más rápidas en comparación con eventos antiguos
Los científicos investigan diminutos organismos llamados foraminíferos, que tienen conchas. Dichas conchas contienen isótopos de boro que ayudan a estimar niveles antiguos de CO2 en el agua de mar. Al analizar el boro en estas conchas, los investigadores pueden aprender sobre las condiciones pasadas del agua de mar y el CO2 atmosférico.
Las actividades humanas actuales están liberando carbono mucho más rápido que los eventos antiguos que causaron calentamiento global. Aunque la cantidad total de carbono liberado es similar, la liberación acelerada de emisiones modernas podría generar problemas climáticos inesperados. Los estudios de períodos antiguos nos ayudan a entender lo que podría ocurrir en el futuro.
Esta investigación demuestra que el clima de la Tierra es extremadamente sensible a los cambios en los niveles de CO2, independientemente de su origen. Aunque el grado exacto de sensibilidad puede variar, el impacto general sigue siendo considerable. Los hallazgos sugieren que nuestro curso actual podría asemejarse a los peores eventos de calentamiento de tiempos antiguos.
El monte submarino Shatsky, una vasta área en el Pacífico Norte, ha aportado valiosa evidencia fósil para este estudio. Dado que las conchas de carbonato se descomponen en las profundidades del océano, los científicos tuvieron que buscar en áreas menos profundas donde las conchas permanecen intactas. Los sedimentos del monte Shatsky ofrecen un registro crucial de las antiguas condiciones de la superficie marina.
Estudiar eventos climáticos del pasado ayuda a los científicos a mejorar los modelos que predicen cambios climáticos futuros. A medida que las emisiones de gases de efecto invernadero aumentan rápidamente, estos estudios brindan información crucial sobre los efectos a largo plazo en el clima terrestre.
El estudio se publica aquí:
http://dx.doi.org/10.1073/pnas.2318779121y su cita oficial - incluidos autores y revista - es
Dustin T. Harper, Bärbel Hönisch, Gabriel J. Bowen, Richard E. Zeebe, Laura L. Haynes, Donald E. Penman, James C. Zachos. Long- and short-term coupling of sea surface temperature and atmospheric CO 2 during the late Paleocene and early Eocene. Proceedings of the National Academy of Sciences, 2024; 121 (36) DOI: 10.1073/pnas.2318779121Compartir este artículo