Interacción entre aislamiento social, soledad y fragilidad en adultos mayores: un ciclo complejo
MadridUn estudio de la Universidad de Concordia investigó las conexiones entre el aislamiento social, la soledad y la fragilidad en personas mayores. Publicado en la revista Age and Ageing, la investigación utilizó datos del Estudio Longitudinal sobre el Envejecimiento de Ámsterdam. Analizó información de más de 2,300 adultos holandeses de 55 años o más durante un periodo de 18 años, brindando importantes perspectivas sobre cómo estos factores están interrelacionados y se influyen mutuamente.
Los resultados señalaron que:
La fragilidad física puede predecir un aumento en el aislamiento social. La soledad puede anteceder o ser consecuencia de la fragilidad, creando un ciclo. Estos tres factores pueden llegar a reforzarse mutuamente con el tiempo.
Los adultos mayores a menudo se vuelven socialmente aislados debido a dificultades para moverse, lo que disminuye su participación en actividades y reduce las conversaciones significativas. A medida que las personas envejecen, su círculo de amigos y familiares puede reducirse debido a la jubilación, la pérdida de seres queridos o problemas de salud que limitan su movilidad. Esta reducción en el contacto social puede hacer que se sientan más solos, especialmente si sus relaciones actuales no son satisfactorias.
Las personas que viven en aislamiento social a menudo desarrollan hábitos poco saludables, como fumar o no hacer ejercicio, lo que puede debilitarlas físicamente. A su vez, la debilidad física puede aumentar su aislamiento, ya que les resulta más difícil participar en actividades con otros. Esto crea un ciclo que puede empeorar rápidamente su salud y bienestar.
El estudio concluye que el deterioro de la salud no siempre es inevitable. Realizar cambios en el estilo de vida, como mejorar la alimentación y ser más activo física y socialmente, puede ayudar a reducir la fragilidad y la soledad social, especialmente en personas que comienzan a mostrar signos de fragilidad. Participar en actividades sociales, como unirse a grupos locales o tomar clases de tai chi y yoga, puede tener efectos positivos.
Esta investigación subraya la importancia de ayudar a los adultos mayores a mantener su salud social y física en buen estado. Es esencial apoyar tanto a quienes ya son frágiles como a aquellos que podrían volverse vulnerables, manteniéndolos activos física y socialmente. Los programas comunitarios pueden fomentar esto al ofrecer actividades que fortalezcan las conexiones sociales y prevengan la soledad y la fragilidad.
El estudio se publica aquí:
http://dx.doi.org/10.1093/ageing/afae215y su cita oficial - incluidos autores y revista - es
Fereshteh Mehrabi, Mary Louise Pomeroy, Thomas K M Cudjoe, Emerald Jenkins, Elsa Dent, Emiel O Hoogendijk. The temporal sequence and reciprocal relationships of frailty, social isolation and loneliness in older adults across 21 years. Age and Ageing, 2024; 53 (10) DOI: 10.1093/ageing/afae215Compartir este artículo