Dueños de Whakaari apelan condena por seguridad tras erupción.
MadridLos propietarios de Whakaari/White Island, un volcán en Nueva Zelanda, están apelando su condena por no garantizar la salud y seguridad. Argumentan que no eran responsables de la seguridad de los turistas cuando ocurrió la erupción en 2019, que resultó en la muerte de 22 personas. Afirman que su papel se limitaba a ser dueños del terreno que permitían la visita de turistas, y que eran los operadores turísticos independientes quienes gestionaban las visitas.
El accidente ha provocado preguntas importantes sobre la responsabilidad en la industria de turismo de aventura en Nueva Zelanda. Según su apelación, los propietarios sostienen que su obligación era solo permitir el acceso, no garantizar la seguridad. Esta batalla legal se desarrolla en medio de preocupaciones sobre cómo equilibrar el turismo con los riesgos naturales.
Varias partes han reconocido su culpabilidad, lo que demuestra que las regulaciones se han vuelto más estrictas desde el incidente.
Tres empresas de tours en helicóptero, un operador de tours en barco, una compañía de vuelos panorámicos y GNS Science de Nueva Zelanda
El turismo se está orientando hacia la implementación de medidas de seguridad más estrictas para los visitantes. La petición de los propietarios resalta las dificultades para determinar la responsabilidad en actividades turísticas de mayor riesgo.
El juez Evangelos Thomas determinó en el primer juicio que la gestión de Whakaari no llevó a cabo evaluaciones de riesgo adecuadas, a pesar de conocer el peligro del volcán por una erupción anterior. Esta negligencia fue una razón fundamental por la que fueron considerados culpables. No obstante, los propietarios afirman que no era su responsabilidad manejar los riesgos volcánicos.
El recurso se centra en la necesidad de definir claramente los roles de los propietarios de tierras y los operadores. El juez Simon Moore revisó el caso y afirmó que el recurso necesita demostrar un error en el juicio original. Esto refleja la seriedad con la que el sistema judicial responsabiliza a las personas por cuestiones de seguridad.
El caso está generando discusiones sobre cómo mejorar la educación de los turistas y ayudarlos a tomar decisiones informadas al participar en turismo de aventura. Es necesario replantear cómo se ofrece la información sobre peligros naturales a los visitantes. Aunque el turismo de aventura es emocionante por los riesgos que implica, la seguridad de las personas es lo más importante. Las decisiones en este caso podrían cambiar las normas futuras, afectando la manera en que los amantes de emociones fuertes disfrutan de la naturaleza mientras permanecen seguros. A medida que el proceso legal avanza, personas en la industria del turismo y el gobierno siguen de cerca para ver qué significará esto para los futuros recorridos en áreas riesgosas.
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