Problemas de textura: por qué los niños rechazan el yogur con trozos

Por Pedro Martinez
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Tazón de yogur con trozos de fruta sin tocar.

MadridUn estudio de la Universidad de Copenhague reveló que a los niños de seis años generalmente no les gustan los alimentos con trozos. Los investigadores pidieron a 485 niños, de entre cinco y doce años, que eligieran entre seis diferentes comidas que tenían grumos, semillas o pedazos de fruta y aquellas que no. Estos alimentos incluían:

  • Pan
  • Zumo de Naranja
  • Mantequilla de Maní
  • Mermelada de Fresa
  • Yogur
  • Sopa de Tomate

En el estudio, los niños observaron imágenes de alimentos con y sin grumos. Luego eligieron cuáles les gustaban más. Los resultados mostraron que al 76% de los niños de seis años les gustaban más los alimentos suaves. Este fue el grupo con mayor preferencia entre todas las edades.

La Dra. Ching Yue Chow, la principal autora, afirma que muchas personas saben que a los niños no les gustan los grumos en su comida. Este estudio es el primero en relacionar este desagrado específicamente con los niños de seis años. Se utilizaron alimentos reales para obtener resultados precisos.

Una causa por la cual los niños pueden rechazar alimentos nuevos se llama neofobia alimentaria, que según Chow es el miedo a comidas desconocidas o extrañas. Esta reacción protege a los pequeños de consumir cosas potencialmente perjudiciales. Este temor alcanza su punto máximo alrededor de los seis o siete años, motivo por el cual a esa edad los niños suelen ser muy cautelosos al probar nuevos alimentos o comer cosas con texturas diferentes.

El estudio investigó si el tamaño de los trozos de comida importaba. Reveló que los niños podían percibir diferentes tamaños en sus bocas. No obstante, lo que realmente les importaba era si había trozos de comida o no.

Los niños de entre siete y doce años comienzan a preferir alimentos con trozos. El Dr. Chow afirma que a medida que crecen, prestan más atención a sus amigos y desean probar nuevos alimentos. Además, quieren incluir una mayor variedad en su dieta.

Introducir nuevos alimentos a los niños puede ser complicado. Chow recomienda ofrecer un nuevo platillo hasta 15 veces para que los pequeños se acostumbren. La estrategia consiste en presentar la nueva comida junto con algo que ya les guste. Probar nuevas comidas repetidamente hace que los niños estén más dispuestos a saborear diferentes platos.

Chow recomienda no utilizar recompensas ni presión para que los niños coman ciertos alimentos. Por ejemplo, ofrecer helado a cambio de comer brócoli solo funciona por un tiempo limitado. Una vez que la recompensa desaparece, el niño podría dejar de querer el alimento saludable. Obligar a un niño a comer también puede ser perjudicial y hacer que estén menos dispuestos a probar nuevos alimentos.

Los resultados de este estudio pueden ayudar a los padres y a la industria alimentaria a comprender qué alimentos prefieren los niños. Es fundamental considerar cómo se sienten los niños al servirles comida o al crear nuevos productos. Este conocimiento puede hacer que los niños sean más selectivos con lo que comen.

Investigadores del Future Consumer Lab de la Universidad de Copenhague y del CASS Food Research Centre de la Universidad de Deakin estudiaron a 485 niños australianos de entre 5 y 12 años. El estudio fue financiado por Innovation Fund Denmark y Arla Foods.

El estudio se publica aquí:

http://dx.doi.org/10.1111/jtxs.12848

y su cita oficial - incluidos autores y revista - es

Ching Yue Chow, Anne C. Bech, Annemarie Olsen, Russell Keast, Catherine G. Russell, Wender L. P. Bredie. Oral size perception and texture preferences for particle‐containing foods in children aged 5–12. Journal of Texture Studies, 2024; 55 (4) DOI: 10.1111/jtxs.12848
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