Daños ambientales por vertidos tóxicos: acuerdo decepciona a ecologistas
MadridEn Nueva Jersey, se ha intensificado el debate sobre la decisión de 2022 de resolver un problema relacionado con el vertido de desechos tóxicos. Los ambientalistas afirman que los daños de $1 mil millones causados por los residuos de Ciba-Geigy están siendo subestimados. El Departamento de Protección Ambiental (DEP) del estado apoya el acuerdo, priorizando la restauración del entorno en lugar de compensaciones económicas. No obstante, muchos residentes locales y defensores del medio ambiente piensan que el acuerdo no aborda adecuadamente los efectos duraderos sobre la comunidad y el medio ambiente.
Ciba-Geigy vertió productos químicos en el río Toms y el Océano Atlántico durante muchos años. Los efectos aún son evidentes en la actualidad. El grupo ecologista está preocupado por varios problemas importantes.
Evaluación insuficiente de los daños a largo plazo, indemnización monetaria inadecuada para las comunidades afectadas, impactos ambientales significativos documentados, como mortandad de peces y decoloración del agua desde hace más de 60 años, y posibles problemas con la metodología utilizada para evaluar los daños ecológicos.
Resolver el problema de la contaminación industrial resulta ser muy complicado, sobre todo porque los costos son difíciles de cuantificar y pueden tener repercusiones en generaciones futuras. Este desafío no se limita a Nueva Jersey; es una problemática común en todo el mundo. Los estados y las empresas enfrentan dificultades para comprender los impactos actuales y futuros debido a la falta de métodos precisos para medir todos los aspectos del daño ambiental.
BASF, que asumió las responsabilidades de Ciba-Geigy, está comprometida a cumplir con los requisitos del acuerdo. Esto implica varios proyectos destinados a reparar el medio ambiente y educar a la comunidad. Sin embargo, algunos critican que, aunque útiles, estos esfuerzos no abordan el daño pasado ni los problemas de salud, como las tasas elevadas de cáncer, provocadas por la contaminación. La investigación ha encontrado tasas mucho más altas de cáncer infantil en Toms River, aunque es difícil demostrar un vínculo directo.
Es difícil responsabilizar a los contaminadores del pasado, lo que muestra la necesidad de tener normas estrictas y una participación activa de la comunidad. Las personas deben sopesar los beneficios económicos inmediatos de los negocios frente al bienestar ambiental a largo plazo. Esta situación podría llevar a los líderes a reconsiderar cómo miden y abordan los daños ambientales. Estos daños requieren atención no solo para restaurar la naturaleza, sino también para cuidar la salud y el bienestar de los residentes locales.
El acuerdo actual de Nueva Jersey incluye varios proyectos para reparar daños, pero para evitar problemas similares en el futuro, necesitamos pautas más claras para identificar y reducir esos daños antes de que ocurran. Dado que la contaminación industrial sigue siendo un problema, es crucial tener diálogos con todos los involucrados y crear nuevas políticas basadas en la ciencia para prevenir y manejar estos desafíos de manera eficaz.
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