Reelección de Saied: opresión política y democracia en riesgo
MadridPresidente Kais Saied de Túnez ha sido reelegido por un amplio margen. Esto ocurre tras un período en el que tomó medidas enérgicas contra sus oponentes políticos y realizó cambios importantes en las instituciones del país. Desde su llegada al poder, Saied ha transformado el sistema político, revirtiendo algunos de los avances democráticos logrados desde la Primavera Árabe.
En julio de 2021, el presidente Saied declaró el estado de emergencia, suspendió las actividades del parlamento y modificó la constitución. Estas medidas han llevado a que acumule más poder, lo que preocupa a los expertos sobre el debilitamiento de la democracia en Túnez. Aunque hace una década Túnez era visto como un ejemplo prometedor de democracia en el mundo árabe, ahora muestra signos similares de régimen autoritario observados en otros países de la región.
Las medidas estrictas no se limitaron a cambiar el sistema político. Durante su primer mandato, el gobierno de Saied también tomó medidas contra diversas partes de la sociedad civil.
Opositores destacados como la líder derechista Abir Moussi y el islamista Rached Ghannouchi fueron encarcelados. Un grupo de abogados, periodistas y activistas han sido blanco de detenciones. Las autoridades han utilizado leyes sobre incitación y seguridad del estado para justificar estas medidas. Además, se ha aplicado una polémica ley contra las noticias falsas para sofocar el desacuerdo.
Preocupaciones sobre la equidad electoral aumentan ante el papel de la comisión electoral, ya que, aunque al principio hubo muchos interesados en postularse para la presidencia, solo se permitió competir a tres candidatos. Los miembros de la comisión, seleccionados por el presidente, no cumplieron con las órdenes judiciales de readmitir a los candidatos descalificados. Esto evidencia un problema con la independencia del sistema judicial. Además, la reciente decisión del parlamento de reducir el poder de los tribunales administrativos complica aún más la situación.
Las acciones de Saied reflejan un patrón común en la región, donde los líderes aseguran trabajar por la estabilidad nacional, pero en realidad debilitan los sistemas democráticos. Su gobierno está reprimiendo la disidencia y encarcelando a figuras de la oposición, reduciendo las oportunidades de participación política. Este tipo de liderazgo podría generar inestabilidad futura y aislar a sectores de la población que no están de acuerdo con estas acciones.
El mundo observa a Túnez con preocupación y cautela. Algunos países se centran en mantener la estabilidad, mientras que otros destacan la importancia de respetar las normas democráticas. La reelección de Saied en condiciones opresivas plantea preguntas fundamentales sobre el futuro de Túnez y su papel en la escena internacional.
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