Familias en Nueva Zelanda encuentran dulces contaminados con metanfetamina
MadridEsta semana, las familias en Nueva Zelanda se alarmaron después de consumir dulces del banco de alimentos de Auckland City Mission y descubrir que estaban contaminados con metanfetamina. El banco de alimentos, que proporciona artículos esenciales de comida y hogar a familias en situación de necesidad, ahora enfrenta serias preguntas sobre la seguridad y control de calidad.
Las golosinas, identificadas como Rinda de Malasia, venían en una bolsa de venta al por menor y parecían dulces normales comprados en tiendas, con paquetes sellados. Esto las hacía parecer seguras y fueron aceptadas en el inventario del banco de alimentos sin preocupación. Sin embargo, los dulces contenían una cantidad peligrosa de metanfetamina, con cada pieza valorada en alrededor de NZ$1,000 (US$608) en el mercado negro.
Después de que un cliente del banco de alimentos notara un sabor extraño, las autoridades actuaron de inmediato. El personal de Auckland City Mission probó los dulces, confirmó el problema y avisó a las autoridades locales. Los informes revelan que a pesar de los altos niveles de metanfetamina, al menos ocho familias, incluyendo un niño, consumieron los dulces contaminados. Afortunadamente, nadie tuvo que ser hospitalizado. El mal sabor hizo que la mayoría escupiera los dulces de inmediato.
Un banco de alimentos ha sido engañado por caramelos de una marca malasia que estaban contaminados con metanfetaminas. Este banco de alimentos solo acepta comida sellada y comprada en tiendas, y fue atraído por la apariencia normal de los caramelos. Debido al alto valor en el mercado de esta droga, se cree que la donación fue un error y no intencionada. Las autoridades, alertadas rápidamente, lograron detener el consumo después del informe inicial.
Este acontecimiento revela las debilidades en la distribución de alimentos, especialmente al depender de donaciones públicas para satisfacer la mayor demanda. Esto sugiere que necesitamos mejores medidas de seguridad, incluso para artículos que parecen inofensivos. Una mejor supervisión podría implicar más controles sobre el origen de las donaciones o colaborar con funcionarios de salud y seguridad para prevenir problemas similares.
Los grupos caritativos son esenciales para apoyar a las comunidades, pero deben asegurarse de que sus procedimientos mantengan a las personas a salvo. Implementar normas más estrictas y utilizar nuevas tecnologías, como el escaneo de códigos de barras o pruebas químicas para los voluntarios, puede reducir riesgos. Es necesario revisar los métodos actuales para encontrar un equilibrio entre ayudar a las personas y garantizar la seguridad de todos.
El incidente en la Misión de la Ciudad de Auckland ha aumentado la conciencia pero no generó problemas de salud graves. Es crucial mantenerse cauteloso para proteger la salud pública mientras los bancos de alimentos continúan asistiendo a las personas en tiempos económicos difíciles.
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