Trabajadoras sexuales enfrentan crisis sanitaria en el Congo
MadridUn reciente brote de mpox en el Congo está poniendo en riesgo a las trabajadoras sexuales, afectando su salud e ingresos. Las autoridades sanitarias enfatizan la importancia de apoyar a este grupo para controlar la propagación. Aunque enfrentan problemas legales y sociales, estas trabajadoras son cruciales para detener el avance de la enfermedad.
Desafíos que enfrentan las trabajadoras sexuales en medio de la crisis de la viruela del mono en el este del Congo incluyen:
- Falta de acceso a servicios de salud debido a barreras legales y sociales
- Disponibilidad limitada de vacunas y preservativos
- Altos niveles de violencia y discriminación
Mpox generalmente provoca síntomas leves como fiebre y dolores corporales, pero en ocasiones puede causar ampollas severas. En Kamituga, las trabajadoras sexuales son fundamentales tanto para la economía como para la vida comunitaria. A menudo enfrentan el riesgo de infección y carecen de la protección o los recursos necesarios para detener la propagación del virus.
Congo cuenta con solo 250,000 vacunas y aún no está claro cómo se distribuirán en las áreas que más las necesitan, lo que lleva a una grave falta de herramientas de prevención. Las autoridades de salud quieren centrarse en ayudar a los más vulnerables, pero las demoras en el suministro complican la respuesta efectiva. Los condones también son difíciles de conseguir y la demanda supera con creces la oferta. Algunos trabajadores tienen que atender hasta 60 clientes al día, lo que a veces los lleva a recurrir a alternativas inseguras como bolsas de plástico.
Se han propuesto ideas para cerrar clubes nocturnos y compensar las pérdidas económicas como formas de evitar problemas, pero enfrentan oposición debido a recursos limitados. Las discusiones comunitarias sobre la elección entre cuestiones económicas y necesidades de salud reflejan la falta de soluciones que satisfagan a todos. El problema se agrava por la infraestructura deficiente, especialmente afectando a los mineros, quienes tienen un alto riesgo de contraer infecciones por las condiciones insalubres.
En esta compleja situación, la defensa de derechos y la educación son muy importantes. El gobierno debe colaborar con organizaciones de trabajadores sexuales para desarrollar estrategias de salud pública. Estos grupos son esenciales, ya que comprenden las necesidades específicas de la comunidad, particularmente en lo que respecta al uso de condones y la higiene para prevenir la viruela del mono.
Es fundamental centrarse tanto en las trabajadoras sexuales como en las condiciones mineras para afrontar el brote de mpox. Se debe proporcionar educación, vacunas y medidas de seguridad específicas para esta comunidad a fin de detener la propagación y proteger a quienes están en riesgo.
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