Policía malasia rescata a 402 niños de abusos en casas islámicas
MadridLa policía de Malasia ha descubierto 402 niños en hogares de bienestar islámicos que sufrían abusos graves. A estos menores se les negó atención médica, fueron quemados con objetos calientes y tocados inapropiadamente por cuidadores que fingían realizar exámenes médicos.
Las autoridades sospechan que la organización benéfica Global Ikhwan utilizaba a estos niños para obtener donaciones mediante creencias religiosas. La policía descubrió que los padres, muchos de los cuales eran miembros del grupo Global Ikhwan, habían colocado a sus hijos en estos hogares de bienestar desde que eran bebés. Estos hogares operaron sin ser detectados durante mucho tiempo, posiblemente porque el grupo cambió su nombre después de que su fundador, Ashaari Mohamad, falleciera en 2010.
Hallazgos Clave:
- Negativa a proporcionar tratamiento médico hasta que las condiciones se vuelvan críticas
- Abuso físico a niños, incluyendo quemaduras
- Exámenes físicos inapropiados bajo falsos pretextos
Global Ikhwan fue inicialmente dirigido por Ashaari Mohamad, quien también lideraba la secta islámica Al Arqam, prohibida en 1994. El grupo tiene negocios en diversos sectores, como alimentación, medios de comunicación, salud, viajes e inmobiliarias. A pesar de operar en 20 países, incluyendo Londres y París, la organización está actualmente bajo una intensa investigación por presunta explotación infantil.
Global Ikhwan ha negado cualquier acusación de explotación infantil y ha prometido colaborar con las autoridades. No obstante, en su declaración oficial no se mencionan las acusaciones de abuso sexual. Esta omisión nos hace cuestionar la exhaustividad de sus revisiones internas y su compromiso con la transparencia.
Los niños rescatados están ahora recibiendo chequeos médicos como parte de las investigaciones. Este caso ha puesto de manifiesto la necesidad de una estricta supervisión de los hogares de bienestar, especialmente aquellos vinculados a grupos religiosos.
Este escándalo pone en tela de juicio las prácticas de una organización específica y evidencia un problema mayor de debilidad y abuso en los sistemas de bienestar que carecen de estricta supervisión gubernamental.
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