¿Pueden los EEG descifrar sueños? Un siglo de avances y el futuro de la monitorización cerebral

MadridCien años después de que Hans Berger registrara por primera vez la actividad cerebral, los expertos reflexionan sobre la historia del electroencefalografía (EEG) y anticipan su futuro. Desde 1924, el EEG ha desempeñado un papel crucial en la neurología clínica, especialmente en el diagnóstico de la epilepsia, transformándola de un problema de personalidad misterioso a un trastorno neurológico claro. Más de 500 expertos de todo el mundo están discutiendo los avances, desafíos y las posibilidades futuras de la tecnología EEG.

Un enfoque clave es el futuro de la tecnología EEG. Una encuesta realizada por investigadores de la Universidad de Leeds evaluó posibles avances, clasificándolos desde 'muy importantes para el progreso' hasta 'improbables,' estimando cuándo podrían ocurrir. Posibilidades futuras importantes incluyen:

• Mejora del rendimiento cognitivo
• Detección temprana de discapacidades de aprendizaje
• Uso como detector de mentiras
• Herramientas de comunicación para personas con discapacidades motoras graves

Expertos pronostican que los dispositivos EEG portátiles y personales podrían ser tan comunes como los teléfonos inteligentes en la próxima generación. Este cambio podría tener un gran impacto en la sociedad. Por ejemplo, conductores y pilotos podrían usar EEG para mantenerse alerta y evitar accidentes. Si alguien comienza a quedarse dormido mientras conduce, el dispositivo podría enviar una alerta para tomar medidas inmediatas.

Las ideas más avanzadas aún no son seguras. Algunos expertos creen que podríamos diagnosticar problemas cerebrales en tiempo real en los próximos 10-14 años. Sin embargo, comprender los sueños y los recuerdos a largo plazo todavía parece lejano y casi como ciencia ficción.

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Los avances técnicos son esenciales para el futuro del EEG, pero su mayor impacto podría ser en la equidad de la salud global. A medida que las máquinas EEG se abaratan y se vuelven más accesibles, resultan más útiles en áreas de bajos ingresos. Por ejemplo, en Cuba ya se está utilizando el EEG para detectar trastornos neurológicos en muchas personas. Esta asequibilidad puede hacer que la investigación sobre la salud cerebral esté disponible para más personas, ayudándonos a comprender mejor el funcionamiento del cerebro en diferentes poblaciones.

Los avances en la tecnología de inteligencia artificial traen nuevos beneficios. Los sistemas automatizados pueden realizar análisis de datos de manera más rápida y precisa, mejorando la efectividad de los EEG. No obstante, es fundamental considerar las cuestiones éticas. El uso de EEG para mejorar capacidades mentales o recolectar datos personales puede poner en peligro la libertad cognitiva y la privacidad. Es crucial establecer normas y directrices estrictas para garantizar su uso responsable.

Para que la tecnología EEG prospere, la comunidad científica debe centrarse en métodos éticos, inclusivos y sostenibles. Los consorcios EEG100 y Global Brain han establecido las bases para una investigación neurocientífica más amplia y equitativa.

Mirando hacia el futuro, el EEG podría transformar vidas individuales y la sociedad en su conjunto, haciendo que la neurociencia sea más global e inclusiva. Es fundamental abordar los desafíos tecnológicos, éticos y prácticos para abrir nuevas posibilidades en la salud cerebral y el pensamiento.