La tormenta inmediata que enfrenta Keir Starmer al liderar el Reino Unido
MadridKeir Starmer enfrenta grandes desafíos como el nuevo líder del Reino Unido después de un verano con múltiples problemas y dificultades económicas. Está señalando los errores de los últimos 14 años bajo el gobierno Conservador, culpándolos por debilitar al país. Starmer quiere demostrar que los Conservadores dejaron la economía en mal estado y a los servicios públicos luchando por mantenerse a flote.
Promesas de Starmer enfrenta desafíos con el déficit presupuestario
Durante la campaña electoral, Starmer prometió impulsar la economía y mejorar servicios públicos como el NHS. Sin embargo, tras asumir el cargo, destacó que la situación financiera es peor de lo esperado, con un déficit de £22 mil millones en fondos públicos. Aunque el Partido Laborista ha prometido no aumentar los impuestos a los trabajadores, todavía necesita encontrar recursos para cubrir esta brecha presupuestaria, lo que ha llevado a decisiones difíciles, como reducir los pagos de calefacción invernal para los pensionistas.
Starmer ha advertido al público sobre un anuncio presupuestario difícil el 30 de octubre, el cual, según él, traerá dificultades a corto plazo por beneficios a largo plazo. Los críticos afirman que el Partido Laborista debería haber estado al tanto de la situación financiera, pero los conservadores son señalados como responsables de los problemas actuales. Los expertos creen que las promesas de Starmer de mejorar los servicios públicos y evitar grandes aumentos de impuestos podrían no ser alcanzables simultáneamente.
Starmer se enfrentó de inmediato a un desafío debido a la reciente violencia antiinmigrante en Southport, que comenzó tras el asesinato de tres niños. La violencia se extendió por todo el país, impulsada por mentiras en línea y grupos de extrema derecha. Starmer condenó la violencia y prometió justicia rápida. Además, reconoció que los recortes presupuestarios anteriores de los conservadores han debilitado el sistema de justicia penal.
El nuevo gobierno está actuando con determinación para cumplir promesas clave. Pretenden nacionalizar los ferrocarriles, crear una empresa estatal de energía verde, imponer reglas más estrictas a las compañías de agua y mejorar los derechos laborales.
Starmer ha detenido el plan conservador de enviar a los solicitantes de asilo a Ruanda, ha pactado con los sindicatos del sector público y ha comenzado a mejorar las relaciones con la UE. Aunque la oposición ha criticado los nombramientos de su gobierno, la elección de liderazgo del Partido Conservador podría darle un respiro a Starmer.
Apostar por la paciencia de los votantes es peligroso. Las encuestas indican que las personas son conscientes de la gravedad de la crisis y podrían aceptar retrasos por el momento, pero si sus expectativas no se cumplen durante mucho tiempo, podría perjudicar el liderazgo de Starmer. Su equipo debe equilibrar acciones económicas rápidas con cambios a largo plazo para mantener el apoyo público y evitar desilusionar a la gente.
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