Del poder religioso a la lista del FBI: caso Quiboloy

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Por Maria Lopez
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Púlpito vacío con vidriera rota.

MadridApollo Quiboloy, un famoso televangelista de Filipinas, ahora se encuentra en la lista de los más buscados del FBI. Alcanzó influencia tras fundar la iglesia Reino de Jesucristo en 1985. La iglesia afirma tener millones de seguidores en todo el mundo. Quiboloy también construyó grandes instalaciones y una red de medios, lo que le permitió ganar poder tanto en el ámbito religioso como en el político.

¿Cómo logró obtener tanto poder?

  • Fundó la Iglesia del Reino de Jesucristo en 1985
  • Construyó un complejo de 30 hectáreas en Davao, Filipinas
  • Creó una red de televisión y radio
  • Formó organizaciones benéficas religiosas

Quiboloy no solo influyó en sus seguidores, sino que también tuvo vínculos con figuras políticas, especialmente con Rodrigo Duterte. Quiboloy apoyó a Duterte en las elecciones presidenciales de 2016 y actuó como su asesor espiritual. Duterte apareció en los programas de televisión de Quiboloy y expresó sus estrictas opiniones sobre la campaña antidrogas.

En 2021, los fiscales federales de EE. UU. acusaron a Quiboloy de graves delitos. Entre ellos se encontraban la trata sexual de menores, forzar a mujeres y niñas a realizar actos sexuales mediante amenazas y dirigir una falsa organización benéfica. Estas acusaciones dañaron su organización religiosa y resultaron en una orden de arresto federal.

Las acusaciones contra Quiboloy describen actividades inquietantes. Aseguran que él y sus colaboradores más cercanos llevaron a miembros de la iglesia a los Estados Unidos con pretextos falsos, para luego obligarlos a trabajar y entregar dinero. Este dinero no se utilizó para obras de caridad, sino para financiar las vidas lujosas de Quiboloy y su grupo.

En Filipinas, Quiboloy fue acusado de abuso infantil y tráfico de personas. Estuvo escondido de las autoridades durante varios meses hasta que finalmente se entregó tras una gran redada en su propiedad en Davao, en la que participaron más de 2,000 policías y herramientas de detección avanzadas.

El gobierno filipino ha declarado que Quiboloy enfrentará cargos en el país antes de posiblemente ser extraditado a los Estados Unidos. Este caso demuestra que los líderes religiosos también deben cumplir con la ley. Nos recuerda que incluso las personas influyentes deben respetar las normas legales.

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