Fethullah Gülen, crítico de Erdoğan, muere en el exilio estadounidense.
MadridFethullah Gülen, una figura polémica en Turquía y más allá, ha fallecido en Pensilvania, donde vivía en exilio autoimpuesto. Inicialmente fue partidario del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, pero con el tiempo se convirtió en uno de sus más feroces críticos, ilustrando la complejidad de la política turca. La relación entre Gülen y el gobierno de Turquía se deterioró progresivamente, culminando en acusaciones de su implicación en el intento de golpe militar de 2016.
Intento de golpe en Turquía deja cientos de muertos
El 15 de julio de 2016, tuvo lugar un intento de golpe de Estado en Turquía. Un grupo de soldados trató de derrocar al gobierno del Presidente Erdogan usando tanques y aviones. El intento fracasó, resultando en 251 personas fallecidas y miles de heridos, ya que muchos ciudadanos se opusieron al golpe. Fethullah Gülen, quien reside en Estados Unidos, negó haber tenido cualquier participación en el mismo y declaró que las acusaciones eran de índole política. A pesar de las solicitudes de Turquía para su extradición, Estados Unidos no encontró pruebas suficientes para procesarlo legalmente.
El movimiento Gülen, conocido como Hizmet, se destacó por tener una extensa red en Turquía y en otros países. Con el tiempo, sus seguidores establecieron:
Instituciones educativas, incluyendo las escuelas chárter en los EE.UU., un imperio mediático con periódicos, estaciones de radio y televisión, universidades y organizaciones benéficas, así como asociaciones profesionales y negocios, reflejaron la influencia de Gülen. Estas iniciativas se consideraron tanto logros como puntos de debate. Los partidarios veían el movimiento como un impulso para la modernización y el diálogo interreligioso; mientras que los detractores lo consideraban un esfuerzo encubierto para acumular poder.
El gobierno turco vio a Gülen y su grupo como una gran amenaza y los calificó de "estado paralelo". Tras el intento de golpe, el gobierno inició una amplia represión que afectó a muchas personas en Turquía, con arrestos, despidos y el cierre de organizaciones vinculadas a Gülen.
La muerte de Gülen marca el cierre de un capítulo significativo en la historia política de Turquía. Su combinación de islam y modernidad atrajo a muchos, pero también generó divisiones en un país ya fracturado. Es posible que su fallecimiento no disminuya las tensiones ni resuelva el conflicto persistente entre sus seguidores y el gobierno turco, que promete continuar actuando en contra del movimiento. Los efectos de Gülen y su movimiento probablemente seguirán sintiéndose en Turquía y en el resto del mundo.
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