Santuario de manglar de mujeres papúas amenazado por desarrollo y contaminación.
MadridBosques de manglares en peligro por la expansión urbana en Papua
Los bosques de manglares cerca del pueblo de Enggros en Papúa, Indonesia, son esenciales para las mujeres locales tanto cultural como económicamente. Estos lugares han sido puntos de encuentro para que las mujeres papúes recolecten recursos, compartan conversaciones y mantengan vivas sus tradiciones. Sin embargo, estos bosques están ahora en riesgo debido al rápido crecimiento urbano y al aumento de la contaminación.
La expansión de la infraestructura urbana en Jayapura ha invadido el área forestal, disminuyendo su tamaño de manera significativa en las últimas décadas. La contaminación provocada por el escurrimiento urbano, que incluye desechos plásticos y contaminantes industriales, ha afectado la bahía, impactando la productividad y seguridad de las actividades de recolección tradicionales. La biodiversidad local está en riesgo, con una preocupante disminución de especies como los mariscos y cangrejos, esenciales para la alimentación y economía de la comunidad.
El bosque se está reduciendo en parte debido al rápido crecimiento de la población en Jayapura. Este aumento ha llevado a la construcción de carreteras y puentes a través de áreas ecológicas importantes. Este desarrollo no solo disminuye el tamaño de las zonas de manglares, sino que también impacta las tradiciones culturales vinculadas a estas tierras. Para las mujeres de Enggros, esta expansión representa una pérdida significativa, no solo ambiental, sino también cultural.
La contaminación en la Bahía de Youtefa está dañando el medio ambiente y la salud de las personas debido a los altos niveles de metales pesados y microplásticos. Estos contaminantes son peligrosos para los peces y la vida acuática de la que la comunidad depende para su alimentación tradicional, y podrían causar problemas de salud en el futuro.
Proyectos enfocados en la protección del medio ambiente, como la siembra y limpieza de manglares, están en marcha. Sin embargo, carecen de respaldo oficial mediante normas regionales que podrían garantizar la protección de estas áreas a largo plazo. Establecer tales regulaciones es crucial para preservar el entorno y permitir que los manglares actúen como barreras ante el mal clima, contribuyendo así a proteger el estilo de vida de las comunidades locales.
Para abordar estos desafíos, necesitamos un plan integral. Este plan debe contemplar reglas más estrictas para controlar la contaminación, un uso del suelo que no perjudique al medio ambiente y otorgar a las comunidades derechos legales para gestionar y proteger sus bosques. Al enfocar nuestros esfuerzos en la preservación del medio ambiente, podemos salvaguardar tanto la naturaleza como las tradiciones de las mujeres papúas.
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