Flores otoñales: clave para salvar a las abejas urbanas

MadridLos entornos urbanos son desafiantes para las abejas, pero nuevos estudios revelan una solución simple: agregar plantas que florezcan en otoño puede beneficiar tanto a las abejas silvestres como a las criadas en cautiverio. En Estados Unidos, las abejas melíferas no son nativas, pero existen aproximadamente 4,000 especies de abejas nativas cruciales para la polinización. La presencia de abejas melíferas en las ciudades genera preocupaciones sobre la competencia por recursos y la propagación de enfermedades, aunque un estudio reciente demuestra que solo unas pocas especies de abejas silvestres se ven afectadas. Esto sugiere que plantar las especies adecuadas puede mejorar la biodiversidad urbana.

El estudio reveló que seis especies de abejas silvestres están en disminución debido a la proliferación de granjas de abejas melíferas y al aumento de las ciudades.

• Svastra (abejas de cuernos largos)
• Florilegus (otra abeja de cuernos largos)
• Agapostemon (abejas verdes)
• Augochlora (abejas verdes)
• Lasioglossum (abejas sudoríparas)
• Melissodes (abejas de cuernos largos)

Las abejas que anidan en el suelo y que están activas al final de la temporada enfrentan dificultades en las ciudades debido a la escasez de lugares para anidar y la competencia por las flores. Superficies como el concreto y el asfalto complican aún más su situación al bloquear el acceso al suelo desnudo que necesitan. Incorporar plantas que florecen en otoño en jardines urbanos o espacios pequeños puede ayudar al proporcionarles alimento esencial. Optar por árboles y arbustos nativos con flores les ofrece una variedad de néctar y polen, lo que apoya a las poblaciones de abejas.

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Este estudio indica que debemos considerar a las abejas como grupos que colaboran entre sí. Al cuidar de las colonias de abejas melíferas, controlando plagas y enfermedades, podemos disminuir el impacto negativo en las abejas silvestres. Las poblaciones de abejas melíferas sanas tienen menos probabilidades de transmitir enfermedades a las abejas silvestres. Por lo tanto, los apicultores y urbanistas pueden contribuir a mantener el equilibrio del ecosistema.

Saber que las plantas de final de temporada son esenciales para muchas abejas silvestres puede inspirar formas innovadoras de protegerlas. Las personas pueden planificar el cultivo de plantas de acuerdo con la actividad de las abejas, asegurándose de que haya suficientes recursos cuando más lo necesitan. Este enfoque ayuda a salvar a las abejas en riesgo, apoya una variedad de especies y refuerza a los polinizadores en las ciudades, permitiendo una coexistencia armoniosa entre la naturaleza y las áreas urbanas. Aquellos que buscan consejos prácticos para crear espacios amigables para las abejas pueden utilizar herramientas como Beescape de Penn State, que ofrece recomendaciones específicas para cada región.