Rutas de cocaína en el cañón del Micay socavan la paz en Colombia
MadridLa región del Cañón del Micay en Colombia es crucial para el tráfico de cocaína y armas, lo cual pone en peligro la paz del país. Esta zona conecta las montañas de los Andes con el Océano Pacífico, utilizando rutas ocultas para transportar cocaína hacia pequeños puertos. La droga se carga luego en submarinos caseros y se envía a Centroamérica. También se introducen armas por esta ruta hacia las zonas internas de Colombia.
Puntos Clave:
- El Cañón de Micay es un corredor crucial para el tráfico de cocaína y armas.
- Una facción disidente de las FARC, conocida como FARC-EMC, controla zonas de esta región.
- A pesar del acuerdo de paz de 2016, la violencia en la zona ha aumentado.
En 2016, el gobierno de Colombia firmó un acuerdo de paz con las FARC, lo que llevó a que más de 14,000 combatientes entregaran sus armas y a la formación de un partido político. Sin embargo, debido a la lenta intervención del gobierno en las áreas previamente controladas por las FARC, otros grupos como FARC-EMC, el Ejército de Liberación Nacional y el Clan del Golfo comenzaron a disputarse el control de estas zonas rurales.
La FARC-EMC ha instalado retenes y protege los cultivos de hoja de coca en el Cañón del Micay. Frecuentemente se enfrentan con el ejército colombiano en las laderas, lo que causa problemas en aldeas cercanas como El Plateado. Los habitantes locales intentan llevar una vida normal, pero el ruido de los combates siempre está presente, recordándoles el conflicto en curso.
El acuerdo de paz de 2016 tenía como objetivo hacer más segura la zona rural de Colombia. No obstante, la mala gestión en las antiguas áreas controladas por las FARC ha provocado el regreso de la violencia. Pequeños grupos ahora luchan por el control, deshaciendo años de avances.
El acuerdo de paz no ha frenado el comercio de cocaína, y los grupos siguen enriqueciendo y fortaleciéndose. El FARC-EMC está descontento con las patrullas gubernamentales y las incautaciones de drogas, lo que ha empeorado las relaciones. Como resultado, las conversaciones de paz con el gobierno del presidente Petro se rompieron en abril.
El conflicto en el Cañón del Micay evidencia la dificultad de Colombia para lograr una paz duradera. Es crucial que el gobierno actúe con eficacia y que las comunidades locales respalden estas iniciativas para asegurar la estabilidad en las regiones. Si no se solucionan estos problemas, podría haber más violencia y divisiones.
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