Líder camboyano alega intentos de golpe por manifestantes

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Por Pedro Martinez
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Manifestantes con banderas en la calle al atardecer.

MadridHun Manet, el líder de Camboya, justificó la reciente acción contra los manifestantes afirmando que estos querían desestabilizar al gobierno. En un evento de graduación de derecho, explicó que las protestas buscaban dañar el orden social y la seguridad.

El acuerdo del Área de Desarrollo Triángulo Camboya-Laos-Vietnam, firmado en 1999 y oficializado en 2004, ha generado controversia. Su objetivo es fomentar la cooperación en comercio y migración en las provincias nororientales de Camboya y las zonas fronterizas de Laos y Vietnam. Los críticos afirman que este acuerdo beneficia a intereses extranjeros y socava la soberanía de Camboya, especialmente en relación con Vietnam.

Políticos de la oposición han aprovechado los sentimientos anti-vietnamitas para criticar al gobierno. Los camboyanos en el extranjero han utilizado las redes sociales y han organizado protestas en varios países.

  • Japón
  • Corea del Sur
  • Francia
  • Australia
  • Estados Unidos

Varias organizaciones han solicitado al gobierno camboyano que se retire del acuerdo. Ante esto, se organizó una manifestación en Phnom Penh para el 18 de agosto. En respuesta, el gobierno realizó una represión, resultando en numerosas detenciones y un aumento de la presencia de fuerzas de seguridad en la ciudad.

Grupos locales de derechos humanos informaron que funcionarios del gobierno vigilaban de cerca a activistas de derechos territoriales y de la sociedad civil, restringían sus movimientos y amenazaban a sus familias. Además, instalaron puestos de control y realizaron registros en las carreteras hacia Phnom Penh.

Hun Manet afirmó que existían numerosas pruebas en contra de los manifestantes. Señaló que habían recopilado armas, planeado incendiar edificios y buscaban tomar el control del gobierno.

De las 66 personas detenidas durante la protesta del 18 de agosto, 57 fueron liberadas después de ser interrogadas, y solo nueve fueron formalmente acusadas.

El gobierno camboyano tiene una tradición de ser severo con quienes no están de acuerdo con ellos, especialmente en temas como la propiedad de la tierra y las fronteras nacionales. Este caso demuestra la disposición del gobierno a utilizar fuerza y medidas legales para frenar las protestas.

Los derechos humanos en Camboya presentan serios problemas, como lo demuestra la represión del gobierno contra la libertad de expresión y las reuniones públicas. Organizaciones internacionales y expatriados monitorean la situación, subrayando que los derechos humanos son fundamentales para la estabilidad política y el crecimiento económico.

Las acciones recientes del gobierno camboyano demuestran que están más centrados en mantener el control y el orden que en atender las quejas de la población. La forma en que detuvieron las protestas sobre el acuerdo CLV-DTA pone de relieve el difícil equilibrio entre la seguridad nacional y las libertades ciudadanas.

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