Policía pakistaní mata a sospechoso de blasfemia en tensión con turba

Tiempo de lectura: 2 minutos
Por Maria Sanchez
- en
Exterior de la comisaría de policía con fuerte presencia de seguridad.

MadridUn policía pakistaní disparó y mató a un hombre acusado de blasfemia en una comisaría, aumentando la tensión en la zona. El hombre, de nombre Khan, fue arrestado por supuestamente insultar al profeta. Los habitantes locales no se conformaron con la detención y se congregaron en una multitud exigiendo que la policía les entregara a Khan para aplicarle su propio castigo.

La situación empeoró cuando alguien lanzó una granada contra la estación de policía. Durante la confusión, un grupo de extremistas islámicos bloqueó una carretera principal en la ciudad y exigió el castigo inmediato de Khan. La multitud se dispersó después de la intervención de las autoridades, pero el incidente reveló un preocupante aumento de la justicia por mano propia en Pakistán.

Se han producido numerosos ataques recientes contra personas acusadas de blasfemia.

  • En junio, una multitud en la ciudad noroccidental de Madyan asaltó una comisaría, linchó a un hombre sospechoso de profanar el Corán e incendió la comisaría.
  • El año pasado, en la provincia de Punjab, turbas atacaron iglesias y hogares cristianos tras acusar a los locales de profanar el Corán.
  • En 2011, un policía asesinó al gobernador de la provincia de Punjab por acusaciones de blasfemia, lo que condujo a una sentencia controvertida y luego a llamados para considerar mártir al oficial.

Las leyes de blasfemia en Pakistán, que incluyen la pena de muerte por insultar al Islam, son controversiales tanto dentro como fuera del país. A pesar de su severidad, las personas a menudo hacen justicia por su propia mano. Este tipo de "justicia vigilante" debilita el sistema legal y desestabiliza a las comunidades.

Quetta, la capital de la provincia de Baluchistán, fue el escenario del tiroteo en la estación de policía. Esta región ya enfrenta numerosos conflictos y actividades militantes. El tiroteo agrava los problemas persistentes en la zona. Las autoridades locales tienen dificultades para mantener el orden debido a la insurgencia separatista y a los frecuentes ataques militantes.

El gobierno paquistaní tiene dificultades para proteger a las personas acusadas de blasfemia, evidenciando fallos tanto en la aplicación de la ley como en la gobernanza. Estos problemas generan miedo y restringen la libertad de expresión y de religión. Para las minorías, como los cristianos, la falta de acción contra la violencia de turbas las mantiene en un estado de temor y marginación.

Estas acciones revelan problemas graves en la sociedad que van más allá de cuestiones religiosas. Señalan la necesidad urgente de mejorar los sistemas judiciales, las prácticas policiales y los programas educativos para la comunidad. Sin estos cambios, Pakistán seguirá siendo inestable y enfrentará críticas por sus prácticas en derechos humanos.

Mundo: Últimas noticias
Leer siguiente:

Compartir este artículo

Comentarios (0)

Publicar un comentario