Estudio revela mayor severidad en sequías y lluvias extremas en EE. UU. y noreste de México

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Por Pedro Martinez
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Un suelo seco y agrietado al lado de una calle inundada de agua.

MadridInvestigadores de la Universidad Estatal de Ohio han descubierto que las sequías en el suroeste de Estados Unidos y las temporadas más lluviosas en el noreste están empeorando. El estudio analizó datos desde el año 850 hasta 2100, incluyendo mediciones modernas de lluvia, anillos de árboles antiguos y modelos climáticos. Los resultados muestran que el cambio climático ha hecho que los patrones meteorológicos en Norteamérica sean más extremos que antes del periodo industrial de mediados del siglo XIX.

Un estudio revela que el centro de Estados Unidos experimentará cambios más extremos entre periodos secos y húmedos. Esto dificulta la gestión de los suministros de agua. A diferencia del pasado, cuando los patrones climáticos eran más predecibles, las condiciones futuras serán más impredecibles, complicando la planificación para gestores y responsables políticos.

Los patrones de precipitación están cambiando de las siguientes maneras:

  • El suroeste de los EE. UU. y México enfrentarán más sequías durante todas las estaciones.
  • El noreste, incluyendo Ohio, se volverá más húmedo, especialmente en invierno y principios de primavera.
  • El centro de los EE. UU. experimentará mayores fluctuaciones entre periodos secos y húmedos.

Estas variantes climáticas generan diversas preocupaciones. Es necesario administrar los recursos hídricos con mayor flexibilidad para enfrentar los cambios impredecibles entre sequías y lluvias intensas. Los agricultores del Medio Oeste deberán adaptarse a la disponibilidad de agua en diferentes épocas. Los urbanistas del Noreste necesitan mejorar la infraestructura para manejar el aumento de precipitaciones, especialmente modernizando los sistemas de drenaje para evitar inundaciones.

Investigadores han descubierto que los cambios climáticos en los últimos 100 años, provocados por un aumento en los gases de efecto invernadero, son mucho más extremos que las variaciones naturales ocurridas en los últimos 700 años. En particular, el oeste de Estados Unidos es ahora mucho más seco, mientras que el noreste recibe mucha más lluvia. Estas alteraciones probablemente empeorarán, por lo que planificadores y responsables políticos deben considerar la conservación y gestión del agua a largo plazo.

Con el aumento tanto de sequías como de lluvias intensas, los efectos son numerosos. Los agricultores pueden tener dificultades para cultivar, afectando el suministro y los precios de los alimentos. Las ciudades podrían enfrentar desafíos para gestionar el agua y mantener su infraestructura. El medio ambiente podría sufrir cambios en los ecosistemas locales y un incremento en desastres naturales como incendios forestales e inundaciones.

Adaptarse a estos nuevos patrones climáticos requiere una planificación cuidadosa y el uso de predicciones de modelos climáticos. A pesar de que mitigar el cambio climático sigue siendo crucial, prepararse para el clima extremo puede reducir sus efectos sobre las personas, la economía y el medio ambiente. La ayuda de agencias federales y estatales será esencial para implementar estos planes.

El estudio se publica aquí:

http://dx.doi.org/10.1029/2023GL107400

y su cita oficial - incluidos autores y revista - es

Kyungmin Sung, Gil Bohrer, James H. Stagge. Centennial‐Scale Intensification of Wet and Dry Extremes in North America. Geophysical Research Letters, 2024; 51 (17) DOI: 10.1029/2023GL107400
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