Gambia conserva prohibición de FGM, pero la lucha sigue
MadridGambia mantiene la prohibición de la mutilación genital femenina
El 16 de julio, los legisladores de Gambia votaron en contra de una propuesta para levantar la prohibición de la mutilación genital femenina (MGF), evitando así una votación final. Mientras los grupos de derechos humanos celebran la decisión, los activistas aún muestran preocupación, ya que la MGF sigue siendo un problema en las áreas rurales, lejos de los edificios gubernamentales.
Cerca del 75% de las mujeres en Gambia han sido sometidas a la mutilación genital femenina (MGF), según las Naciones Unidas. Este procedimiento implica la eliminación de partes de los genitales femeninos y puede causar hemorragias graves, muerte y complicaciones en el parto. La Organización Mundial de la Salud considera la MGF como una forma de tortura. A nivel mundial, más de 200 millones de mujeres y niñas, principalmente en el África subsahariana, han pasado por esta práctica, según estimaciones de la ONU. UNICEF señala que alrededor de 30 millones de mujeres han sido afectadas por la MGF en los últimos ocho años, sobre todo en África, Asia y el Medio Oriente.
En 2015, el exlíder de Gambia Yahya Jammeh prohibió la MGF, aunque no dio explicaciones al respecto. A pesar de esta prohibición, la práctica continuó. El año pasado se llevaron a cabo las primeras persecuciones y tres mujeres fueron declaradas culpables por someter a sus hijas a esta práctica. Esto desató la indignación pública y avivó los debates sobre la MGF.
Activistas en Gambia están informando a las comunidades rurales sobre los peligros de la MGF. Enfrentan una fuerte resistencia ya que la práctica está ligada a creencias culturales y religiosas. En una reunión en una oficina del gobierno local, los activistas mostraron fotografías de genitales femeninos dañados para explicar los riesgos para la salud de la MGF. Muchas mujeres quedaron impactadas y perturbadas, aunque algunas defendieron la práctica. Una mujer afirmó, “Yo pasé por la MGF y no me pasó nada malo”, y argumentó que la prohibición iba en contra de sus derechos como mujeres musulmanas. Admitió que hizo cortar a su hija en secreto tras la prohibición.
Metta fue sometida a la MGF cuando tenía ocho años. Ella comentó sobre cómo comprendió la importancia de hablar del tema después de asistir a reuniones comunitarias. En estos encuentros, las mujeres descubrieron que compartían problemas similares como dolores por la mutilación y dificultades con la intimidad y el parto.
Rabietou, madre de seis hijos, asistió a una reunión para aprender cómo proteger a su hija menor, Fatima, de la mutilación genital femenina (MGF). Compartió que un familiar la cortó, tuvo que dejar la escuela y se casó a los 15 años. Su hija Aminata también fue cortada y abandonó la escuela temprano para casarse. Rabietou se enteró de los peligros para la salud gracias a activistas y decidió poner fin a esta práctica. Prometió no cortar a Fatima e instó a Aminata a no cortar a su hija.
Gambia cuenta con una ley que prohíbe la MGF, pero las activistas Metta y Rabietou siguen luchando arduamente para erradicarla. A pesar de enfrentar resistencia de grupos culturales y religiosos, permanecen comprometidas a proteger a las futuras generaciones de esta práctica.
Puntos clave:
- Aproximadamente el 75% de las mujeres gambianas son sometidas a la MGF.
- La MGF conlleva graves riesgos para la salud, incluyendo la muerte y complicaciones en el parto.
- En 2015 se implementó una prohibición, pero la práctica continuó.
- Recientes procesamientos han generado debate.
- Las creencias culturales y religiosas son una fuerte influencia en la perpetuación de la MGF.
Concienciar y cambiar actitudes es fundamental para detener la MGF. Aunque es ilegal, el problema persiste.
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