Aumentan casos de traición y espionaje en Rusia por conflicto en Ucrania
MadridDesde el inicio de la guerra en Ucrania, los casos de traición y espionaje han aumentado en Rusia. Esto ha llevado a comparaciones con los juicios que tuvieron lugar bajo el liderazgo soviético de Josef Stalin en la década de 1930. Los afectados son críticos del Kremlin, periodistas independientes y científicos con experiencia.
Bajo el mandato del presidente Vladimir Putin, se ha incrementado la represión contra la disidencia. La mayoría de estos casos son gestionados por el Servicio Federal de Seguridad (FSB). Con frecuencia, los cargos específicos y las pruebas no se hacen públicos.
Los casos de traición han aumentado desde 2014, el año en que Rusia anexó Crimea de Ucrania y apoyó una rebelión en el este de Ucrania. Dos años antes, Rusia había ampliado sus leyes de traición para incluir cualquier "ayuda" vagamente definida a países o grupos extranjeros. Este cambio ocurrió después de importantes protestas antigubernamentales en Moscú durante 2011-12, que según las autoridades, fueron impulsadas por Occidente. Activistas de derechos humanos, incluidos miembros del Consejo Presidencial de Derechos Humanos, criticaron estos cambios legales.
Casos destacables:
- En 2015, Svetlana Davydova fue detenida bajo acusaciones de traición. Contactó a la Embajada de Ucrania para advertirles que Rusia estaba enviando tropas al este de Ucrania. Los cargos fueron finalmente retirados tras una ola de indignación pública.
- Paul Whelan, un ejecutivo de seguridad corporativa estadounidense, fue arrestado en 2018. Fue condenado por espionaje en 2020 y sentenciado a 16 años de prisión.
El presidente revisará la ley de traición revisada tras preocupaciones de interpretación excesiva
La nueva definición de traición permite procesar a cualquier persona en contacto con extranjeros. El presidente Vladimir Putin afirmó que revisará la ley actualizada, y estuvo de acuerdo en que la "alta traición" no debería interpretarse de manera demasiado amplia. A pesar de esto, la interpretación amplia ya ha comenzado a ocurrir.
Una de las razones del aumento de casos es la guerra continua en Ucrania. A medida que el conflicto persiste, el gobierno busca más "traidores" para arrestar. Consideran estos actos de traición y espionaje como peligros para la seguridad nacional, lo cual incrementa las preocupaciones sobre el control extranjero.
La FSB se encarga de la mayoría de estos casos, ejerciendo una gran influencia en este ámbito. Las acusaciones imprecisas provocan aún más temor e incertidumbre entre la gente.
Desde 2012, nuevas leyes han facilitado la condena de personas por comunicarse con países u organizaciones extranjeras. Esto ha resultado en más personas siendo declaradas culpables y recibiendo penas de prisión más largas.
El gobierno ruso no solo se preocupa por amenazas inmediatas a la seguridad; también busca controlar el pensamiento y la expresión de la gente dentro del país. Al perseguir a quienes no están de acuerdo con ellos y convertirlos en grandes ejemplos, el gobierno mantiene su dominio y previene protestas o rebeliones mayores. Esto dificulta el libre intercambio de ideas y genera un clima de miedo constante.
Los casos captan mucha atención de otros países, especialmente aquellos que involucran a personas como Paul Whelan, los cuales no son de Rusia. Estos incidentes pueden dificultar las relaciones diplomáticas y generar mayor tensión tanto dentro de Rusia como con otras naciones.
La situación es evidente. Mientras continúe la guerra en Ucrania, habrá más casos como este. Más personas serán acusadas a medida que las autoridades busquen y condenen a quienes perciben como "traidores". Esto tiene graves repercusiones en la sociedad rusa y en sus relaciones internacionales.
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