Líder militar de Myanmar insta al diálogo con etnias rebeldes
MadridEl General Min Aung Hlaing, líder del gobierno militar de Myanmar, ha invitado a grupos rebeldes étnicos a participar en conversaciones de paz para resolver los conflictos actuales. Subrayó la importancia de resolver desacuerdos mediante el diálogo político en lugar de recurrir a la violencia. Aunque Myanmar ha experimentado períodos de alto el fuego, estos no han culminado en un acuerdo político que otorgue a los grupos étnicos la autonomía que desean.
La situación militar en Myanmar representa un desafío para los líderes gobernantes. El ejército enfrenta problemas tanto con grupos étnicos armados como con las Fuerzas de Defensa del Pueblo. Estos grupos buscan restaurar la democracia después de que el ejército tomara el control en 2021. En el último año han logrado éxitos significativos, causando pérdidas al ejército como nunca antes se había visto.
En el pasado, el ejército ha intentado mejorar las relaciones con los grupos étnicos acordando cesar los enfrentamientos. Los pasos importantes en este enfoque son:
En octubre de 2015, ocho grupos armados étnicos firmaron un acuerdo de alto el fuego. En febrero de 2018, dos grupos adicionales se unieron a este acuerdo bajo el gobierno civil de Aung San Suu Kyi.
Algunos grupos poderosos como el Ejército de Independencia Kachin y el Ejército del Estado Wa Unido no aceptaron el acuerdo porque lo consideraron poco inclusivo. Tras 2021, la situación empeoró cuando varios grupos se unieron al gobierno de unidad nacional en la sombra, que es el principal opositor al control militar. Es importante destacar que las milicias de las comunidades Karen, Chin y Pa-O se negaron a participar en las negociaciones.
La gente duda en participar en las conversaciones dirigidas por los militares porque no confían en ellos y creen que sus acciones recientes solo prolongan el control militar. Aye Lwin, el portavoz del grupo estudiantil, afirma que los militares no tienen una razón convincente para que se unan a sus esfuerzos de paz.
Los problemas actuales son más complejos que simplemente resolver disputas. Los líderes militares enfrentan desafíos tanto internos como externos para que su autoridad sea aceptada. Su estrategia es evitar que los grupos de oposición se unan. Sin embargo, sin verdaderos compromisos y un proceso de discusión inclusivo, es difícil lograr una paz duradera.
Myanmar enfrenta una situación política compleja con numerosos impedimentos para el diálogo. Estas dificultades se originan en una larga historia de desconfianza, objetivos diferentes respecto a la autonomía y la resistencia al control militar. Para que la reciente invitación al diálogo por parte del ejército sea eficaz, podría ser necesario implementar cambios significativos y una verdadera inclusividad para alcanzar una paz duradera.
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