Migrantes Varados Enfrentan Violencia y Desesperación Mientras Túnez Bloquea la Ruta hacia Europa

MadridLos migrantes atrapados en Túnez están pasando por momentos muy difíciles. Sus campamentos han crecido desde el año pasado porque la policía los obligó a abandonar las ciudades. Además, las autoridades están intensificando los esfuerzos para impedir que crucen el Mar Mediterráneo.

Muchos migrantes se trasladaron a las zonas rurales cerca de la costa al norte de Sfax. Mory Keita, un joven de 16 años de Costa de Marfil, es uno de ellos. Abandonó un suburbio propenso a inundaciones cerca de Abiyán el pasado septiembre. Conoció a un amigo en Túnez y llegó a Kilometer-19 a principios de este año.

Kilómetro-19 lleva su nombre por un marcador de carretera que indica su distancia desde Sfax. Es conocido por los enfrentamientos entre grupos de migrantes, a menudo con machetes. Estos conflictos suelen ocurrir entre personas de diferentes países, como Camerún, Costa de Marfil, Guinea y Sudán. Cuando llega la policía, disuelve los campamentos de manera contundente.

Keita no tiene pasaporte y está asustado. Comentó que personas inocentes resultan heridas y la policía no hace nada al respecto. El año pasado, Keita pagó 400,000 francos centroafricanos (661 dólares) a un traficante para que lo llevara por Mali y Argelia. Espera mudarse a Francia para encontrar trabajo y enviar dinero a su familia.

En marzo, Keita se subió a un bote en el Mar Mediterráneo. La guardia costera tunecina detuvo el bote, lo arrestó y lo llevó de vuelta a la playa. Con el apoyo económico y el respaldo de Europa, la guardia costera ha detenido a más migrantes como Keita que antes. Entre enero y mayo, impidieron que casi 53,000 migrantes llegaran a Europa. Menos de 10,000 migrantes lograron llegar a Italia este año, comparado con los 23,000 del año pasado.

El verano pasado, los líderes europeos firmaron un acuerdo de 1,000 millones de euros (1,100 millones de dólares) con Túnez. El convenio contemplaba 105 millones de euros (114 millones de dólares) destinados a programas de migración. Organizaciones no gubernamentales como el Comité Católico contra el Hambre y por el Desarrollo han criticado la falta de transparencia.

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El menor número de personas que llega a Italia parece ser un éxito. No obstante, la situación en la costa de Túnez está generando frustración tanto entre los migrantes como entre los locales. Los grupos comunitarios exigen al gobierno que retire a los migrantes, y los políticos están instando a los residentes a formar equipos para patrullar la zona.

En recientes protestas contra los migrantes, los residentes expresaron su frustración:

• "Ustedes los trajeron aquí y es su responsabilidad devolverlos", dijo Moamen Salemi, un jubilado de 63 años.
• Otro residente comentó: "No podemos vivir así. Nuestras calles no son seguras".

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos está muy preocupado por los ataques contra los migrantes. La mayoría de estos migrantes provienen del sur del Sahara. Las Naciones Unidas también muestran inquietud por la seguridad de las personas y organizaciones que ayudan a estos migrantes. Se ha observado un aumento de comentarios de odio y racistas dirigidos a migrantes negros y tunecinos negros.

La mayoría de las personas que viajaron desde el norte de África a Italia este año provienen de Siria, Bangladesh o Túnez. El gobierno ha sido criticado por devolver a los migrantes a través de sus fronteras con Libia y Argelia. Muchos de estos migrantes deportados son encontrados muertos posteriormente. Túnez ha admitido transportar en autobuses a los migrantes a áreas remotas en las fronteras.

Trasladar a los migrantes lejos de las zonas costeras no elimina la hostilidad de la población hacia ellos. Mucha gente del lugar también ha intentado emigrar a Europa en busca de mayor libertad y mejores oportunidades laborales.

La situación sigue siendo tensa y sin resolver. Migrantes como Keita están asustados e inseguros, con la esperanza de poder trasladarse a un lugar más seguro.