Hong Kong persigue a activistas prodemocracia en el extranjero con recompensas
MadridLa policía de Hong Kong ha emitido órdenes de arresto y ha ofrecido recompensas por seis activistas pro-democracia. Esto es un paso más para reducir la oposición política en la ciudad. Desde las protestas de 2019, el gobierno de Hong Kong ha endurecido su postura contra los críticos, lo que ha llevado a que muchos activistas sean encarcelados o huyan a otros países. Las últimas medidas están dirigidas a personas que viven en países occidentales como el Reino Unido y Canadá.
Actualmente, se están buscando a 19 activistas:
Chung Kim-wah, quien anteriormente fue un alto cargo del Instituto de Investigación de Opinión Pública de Hong Kong, Joseph Tay, cofundador de la ONG canadiense HongKonger Station, y el YouTuber Victor Ho son destacados activistas en sus respectivos campos.
Hong Kong está aplicando una ley, conocida como la ley de seguridad nacional doméstica o Artículo 23, para tomar medidas contundentes contra algunas personas. Esta legislación permite al gobierno confiscar pasaportes y restringir acciones financieras y transacciones de propiedad. Los críticos, como Human Rights Watch, argumentan que se trata de un intento de controlar y silenciar a quienes critican al gobierno, incluso si se encuentran fuera de Hong Kong.
Activistas que viven en el extranjero están siendo blanco de ataques, lo que genera preocupación sobre cómo responderán otros países. El Reino Unido y Canadá enfrentan una creciente presión para proteger a sus ciudadanos y residentes. Existe una fuerte demanda de acciones diplomáticas para oponerse a los intentos de Hong Kong de expandir su jurisdicción legal más allá de sus fronteras.
El efecto global de la represión en Hong Kong representa un desafío no solo para los afectados directamente, sino también para las normas internacionales sobre soberanía y libertad de expresión. Los países occidentales que defienden los derechos humanos podrían necesitar replantearse sus relaciones diplomáticas con China debido a las implicaciones para sus propios ciudadanos.
Esta situación refleja el enfrentamiento entre el autoritarismo y la democracia a nivel mundial. Resalta cómo algunos gobiernos están dispuestos a hacer grandes esfuerzos para silenciar las críticas y plantea un desafío para los líderes internacionales en la protección de los derechos de aquellos que buscan refugio en sus países. La reacción de la comunidad internacional probablemente influirá en la gestión de situaciones similares en el futuro y puede moldear los esfuerzos en pro de los derechos humanos globales.
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