Familias bielorrusas, desesperadas tras fallido intercambio de prisioneros este-oeste
MadridFamiliares de presos políticos en Bielorrusia se encuentran indignados por el reciente intercambio de prisioneros entre Occidente y Oriente. El 1 de agosto se liberó únicamente a un prisionero de Bielorrusia, un trabajador médico alemán llamado Rico Krieger, arrestado el año anterior por terrorismo. Mientras tanto, más de 30 presos políticos bielorrusos continúan encarcelados bajo duras condiciones. El intercambio incluyó a 16 disidentes occidentales y rusos, que fueron canjeados por ocho rusos detenidos en el extranjero, lo que ha provocado desilusión entre las familias bielorrusas.
Viasna, un grupo defensor de los derechos humanos en Bielorrusia, afirma que su prioridad es liberar a los prisioneros políticos. Pavel Sapelka, representante de Viasna, informó que están dialogando con diplomáticos occidentales y les han comunicado la urgencia de liberar a estas personas. Además, mencionó que algunos países occidentales han mantenido conversaciones secretas con el gobierno bielorruso.
Las familias de los prisioneros esperan con gran dolor. Por ejemplo, Piotr Pinchuk recibe noticias esporádicas sobre su pareja, Ales Bialiatski. La salud de Bialiatski ha empeorado considerablemente y frecuentemente lo ponen en confinamiento solitario sin el medicamento que necesita.
Situación Actual:
- En un reciente intercambio, fue liberado solo un prisionero, Rico Krieger.
- Más de 30 prisioneros políticos bielorrusos siguen detenidos.
- Viasna ha instado a diplomáticos occidentales sobre la urgencia de su liberación.
- Algunos detenidos, como Ales Bialiatski, están en malas condiciones de salud y enfrentan tratos severos.
Sviatlana Tsikhanouskaya, una destacada líder opositora, se mostró muy insatisfecha con el acuerdo. Su esposo, Siarhei Tsikhanouski, fue encarcelado por postularse contra el gobierno y recibió una sentencia de 19 años y medio. Tsikhanouskaya tuvo que abandonar Bielorrusia, pero sigue buscando apoyo de los líderes occidentales contra el régimen del presidente Alexander Lukashenko.
Bielorrusia continúa aplicando medidas severas, pero no son suficientes para que Lukashenko cambie su comportamiento. Su gobierno sigue reprimiendo duramente a la oposición, dejando claro su objetivo de mantener un control férreo.
El reciente intercambio no ha cumplido con las expectativas de las familias de los presos políticos bielorrusos. A pesar de la desilusión, los activistas y familiares aún mantienen la esperanza. Siguen pidiendo ayuda a otros países y buscan nuevas formas de presionar a Lukashenko para liberar a los prisioneros restantes.
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